Ainhoa y Ulises están sentados en la cama y Ainhoa está afeitando a Ulises.
Ainhoa: ¿No es romántico casarte en un hotel hundido en Singapour con un cura resucitado y con tus dos hijas de testigo? Así sí que digo yo un para siempre.
Ulises: Bueno, no se, a mi los para siempre se me han hecho siempre un poco grandes, de toda la vida ¿sabes?
Ainhoa: O sea, que tú y yo no vamos a estar toda la vida, vamos a estar pues ahora, así un ratito juntos.
Ulises: Vamos haber, ¿de qué estamos hablando? ¿Qué quieres que te firme un justificante o podemos poner la alarma en el móvil?
Ainhoa: Pues mira, yo siempre he sido más de promesas de amor eterno ¿sabes?
Ulises: Mira, de todas las mujeres que hay en este planeta estoy enamorado de ti y no quiero que acabe nunca. Pero no me gustan ni los anillos, ni los para siempre. Es absurdo, Ainhoa.
Ainhoa: Que no hombre, que no es absurdo. A mi me parece super bonito. Tener planes, hacerlos, creer que no tienes secretos con tu pareja, porque yo siento que te quiero para toda la vida y me gusta decírtelo.
Ulises: Y a mi. A las 10 de la mañana, en el con fin del planeta. Pero resulta que soy un niño abandonado, mi madre se murió joven y los para siempre de mi vida no han durado ni media hora y no se si te voy a poder hacer las promesas esas que tu quieres.
Ainhoa: Vaya, bueno, pues nose. - Va diciendo Ainhoa mientras se pone de rodillas y se va quitando el vestido. - Lo que me estás diciendo es que no se, que seamos amigos así, sin compromiso ¿no? - Se vuelve a poner el vestido para picar a Ulises y empieza a refregarse contra él fingiendo que hace otras cosas.
Ulises: Claro. - Ulises, cansado y riéndose coge a Ainhoa y se la sienta encima, esta tiene una tostada en la mano. - Hombre, si eso significa que vas a seguir afeitándome todas las mañanas y que vamos a seguir teniendo sexo salvaje por la noche, si quiero.
Ainhoa: ¿Sí? - Seguidamente Ainhoa le da un beso
No hay comentarios:
Publicar un comentario