lunes, 4 de marzo de 2013

Lo de Madagascar le sale mal.

Sara llama a Aitor al móvil. 
Aitor: Sarita, me habrás traído algo de Madagascar ¿no?
Sara: Claro, un montón de cosas. La barita de inmigración en la que me pasé un día entero esperando estaba llena de souvenirs. 
Aitor: No me llamas para contarme como te ha ido en Madagascar.. ¿Se puede saber para qué me llamas?
Sara: Pues la verdad es que no sabía si llamarte pero es que he estado pensando y creo que alomejor deberías saber lo que pienso y que lo que me dijiste la última vez que nos vimos, que tenías razón Aitor. 
Aitor: Que no. 
Sara: ¿Qué no qué?
Aitor: Que no me llamas para decirme que tengo razón, ni me llamas para decirme como te lo has pasado en Madagascar, me llamas para que sepa que has vuelto y que lo tuyo con Lucas se acabó antes de empezar y que sepa que estás disponible. Para eso me llamas, Sara. 

Se escapa a Madagascar.

Sara está en la plazoleta de abajo de su casa llorando y con una maleta y ve a Aitor. 
Aitor: Así que es verdad que te vas a Madagascar. 
Sara: Aitor, yo quería.. 
Aitor: Sara, da igual, no lo digas ¿vale?
Sara: ¿Qué no diga qué?
Aitor: Pues lo que se dicen en estos casos en las putas películas. Que soy un tío que merece la pena, que soy la hostia. Prefiero ahorrarme todas esas frases. 
Sara: ¿A qué has venido?
Aitor: No me hubiese perdonado que te fueras a 10000 kilómetros de distancia con un tío que no soy yo sin antes decirte una cosa. 
Aitor se acerca a Sara y le susurra algo al oído. 

Sigue queriéndolo.

Sara, Aitor y Carlota están juntos en casa de Lucas. 
Sara: Jony, dame la pistola que yo cubro la puerta, Carlota tu pilla una metralleta y dispara cada 5 minutos. 
Aitor: Vaya, parece que estás animada ¿no?
Sara: Los tiroteos me levantan el ánimo. 
Aitor: Pues eso es raro ¿sabes? Porque la gente después de un tiroteo se viene abajo. Cuando la adrenalina desciende se quedan sin fuerzas. 
Sara: Pero es que mi adrenalina dura. Yo pensé que anoche te habías dado cuenta. 
Aitor: De lo que me he dado cuenta es de que tu tía está en un hospital con un feto en un bote de formol y de que han intentado matar a tu familia y que alguien quiere venir a Carlota para llevarse y no tengo ni puta idea de que y me acojona de que tu andes por ahí con una sonrisa como si esto no fuera contigo, Sara. 
Sara: ¿Y por qué me tratas así? ¿No significó nada lo de anoche?
Aitor: Para mi sí y lo que a mi me jode es que para ti signifique más que Carlota solo sea la hermana de Lucas. 

A quien tu decidiste amar.

Aitor le escribe una carta a Sara, y cuando ella la ve pone: "Aún no me has dicho lo que significa para ti que Carlota solo sea la hermana de Lucas, supongo que tienes miles de recuerdos muy bonitos con él y es imposible que lo olvides, pero yo no me rindo por eso Sara y voy a igualar el marcador. Me voy a quedar a tu lado fabricando todos los recuerdos del mundo para que un día te vayas a la cama y te des cuenta de que estoy en casi todos los instantes que te hacen sonreír. ¿Hay alguna norma que prohiba invitar a una novia a un gofre? Me alegro de que me ayudes a pintar estas paredes porque sin ti sería un muermo. Hoy tenemos pocas páginas de recuerdos pero dentro de nada tendremos archivadores, enciclopedias enteras, traillers de 4 ejes. Si yo estuviera ahí tumbado lo primero que querría sería ver a la chica que quiero. 

Tsunami.

Sara está con Aitor en casa de Paco y le pone un video en la tele. Resulta ser que en el video, sin que ella lo supiera, sale ella llorando y contándole a una mujer que aunque quiere querer a Aitor en realidad quiere a Lucas. Sara empieza a llorar. 
Aitor: Ahí hay un documental. ¿Tú sabes que antes de un tsunami el agua se retira varios kilómetros de la playa? Yo ahora soy como esa playa que está sin agua y tú eres como un tsunami que está volviendo a mi vida otra vez, pero esta vez no me vas a volver a hacer el lío Sara porque antes de que me arrastres salgo por patas sin mirar a atrás. 
Sara: Aitor, lo siento de verdad. 
Aitor: Venga, Sara, si cada 6 meses tienes un capricho nuevo. Primero era Lucas, después yo, ahora es ser policia. 
Sara: Eso no es verdad y te lo voy a demostrar a ti, a mi padre y a todo el mundo. 
Aitor, que ya no puede aguantar más, empieza también a llorar. 
Aitor: Vale, pero nosotros ya hemos pasado la época de los sueños y de los tsunamis Sara. Ahora lo que nos queda es ser amigos. - Aitor le tiende la mano a Sara sonriendo y llorando a la vez. - Aitor Carrasco, encantado. 
Sara también le coge la mano y se acerca más a él. 
Sara: Sara Miranda. Vivo en este bloque, así que si alguna vez te pasas por aquí nos podemos ver otra vez ¿vale?
Aitor: Te has cortado el pelo ¿no?
Sara: Sí, ¿te gusta?
Aitor: Estás muy guapa. 

La resurreción.

Hay momentos en la vida en que una sola decisión en un solo instante cambia irremediablemente el curso de las cosas. Cuando decides disparar a alguien. Cuando decides quererlo o no quererlo. Cuando decides tirar para adelante. Cuando decides mentir, traicionar, ocultar o cruzar la línea. Esa décima de segundo podrá hacer girar todo al lado oscuro o inundarlo de luz. Podrá hacer de ti un héroe o un criminal. Podrá llevarte al cielo o al infierno, pero siempre será un lugar desde el cual no podrás volver atrás.

Se vuelve paranoico.

Sara está ayudando a su madre en la cafetería y Aitor la llama al móvil. 
Sara: ¿Sí?
Aitor: Escúchame bien, Sarita. Vas a bajar ahora mismo a la mercería y te vas a comprar 2000 botones y una toalla porque cuando te vea te voy arrancar la blusa a mordiscos y te voy a chupar tanto que te voy a borrar las huellas dactilares, cuando acabe contigo vas a necesitar la silla de ruedas de tu abuelo para ir al colegio ¿qué te parece?
Sara: Ya, tú es que mucho de hablar pero luego nada de nada. 
Aitor: Bueno, pues tú dime hora y lugar. Ah, y pon una ambulancia en la puerta y una unidad de reanimación porque te voy a absorber los lunares hasta dejarte albina, niña. - Paco, que ha escuchado todo, llama a Aitor al móvil. - Espera un momentito. ¿Sí?
Paco: Aitor, soy Paco. 
Aitor: Dime, inspector. 
Paco: Escucha atentamente. Dile a mi hija ahora mismo que tienes mucho trabajo y que ya la llamarás luego, que estás de servicio, so payaso. 
Aitor: Oye, Sara, que luego te llamo que es que ahora mismo no puedo hablar, un beso, hasta luego. Dígame. 
Paco: Mira, chaval cuando hables con mi hija ten mucho cuidadito que eso de sobarle o chuparle los.. La silla de ruedas te la voy a meter de canto, soplapollas.