Ainhoa y Ulises están hablando por walkie.
Ainhoa: Ulises, ¿estás ahí?
Ulises: Sí. Dime, ¿qué pasa, chivata?
Ainhoa: ¿Has visto el barco que hay ahí afuera? Es idéntico al nuestro. ¿Te imaginas que hubiera un chico como tú y una chica como yo allí adentro?
Ulises: Ya, pues como anden a arponazo limpio como nosotros lo llevan claro.
Ainhoa: Que fue un accidente. Alomejor ellos son felices.
Ulises: Puede ser. A veces dos piezas que no encajan en un sitio pueden encajar en otro, como en el tetris.
Ainhoa: Sí, como en el tetris. Bueno, al final nuestras piezan han encajado en la amistad, ¿no?
Ulises: Verdad.
jueves, 28 de febrero de 2013
Secuestro.
Ainhoa está atada a un palo de madera con una bolsa de tela en la cabeza.
Ainhoa: ¿Quién eres? Suéltame. ¿Qué quieres? - Ulises se agacha y la mira fijamente. Seguidamente le quita la bolsa de la cabeza. - ¿Qué haces? ¿Estás loco? Suéltame.
Ulises: En cuestión de minutos mi vida se irá a tomar por culo, Ainhoa. - Dice Ulises desatándola. - Así que sí, estoy loco. - Ainhoa sale corriendo pero Ulises se pone delante de ella y los dos se estreyan contra la puerta, quedando muy cerca el uno del otro.
Ainhoa: Me equivoqué, creía que eras tú, pero me equivoqué. Fuiste un capricho, una tontería y pensé que podría quererte pero no puedo.
Ulises: No me convences. - Dice Ulises llorando.
Ainhoa: Si dices que me quieres déjame en paz, te lo suplico. Déjame en paz para siempre, por favor.
Ulises: De acuerdo, me alejaré de ti, pero antes voy a besarte. Los besos no engañan, Ainhoa. Solo es eso, un beso, nada más.
Ainhoa: ¿Quién eres? Suéltame. ¿Qué quieres? - Ulises se agacha y la mira fijamente. Seguidamente le quita la bolsa de la cabeza. - ¿Qué haces? ¿Estás loco? Suéltame.
Ulises: En cuestión de minutos mi vida se irá a tomar por culo, Ainhoa. - Dice Ulises desatándola. - Así que sí, estoy loco. - Ainhoa sale corriendo pero Ulises se pone delante de ella y los dos se estreyan contra la puerta, quedando muy cerca el uno del otro.
Ainhoa: Me equivoqué, creía que eras tú, pero me equivoqué. Fuiste un capricho, una tontería y pensé que podría quererte pero no puedo.
Ulises: No me convences. - Dice Ulises llorando.
Ainhoa: Si dices que me quieres déjame en paz, te lo suplico. Déjame en paz para siempre, por favor.
Ulises: De acuerdo, me alejaré de ti, pero antes voy a besarte. Los besos no engañan, Ainhoa. Solo es eso, un beso, nada más.
Cuando peor te trate más te estaré queriendo.
Delante de todos, Ainhoa va corriendo hacia Ulises, esta la coge sorprendido y se dan un gran beso.
Ainhoa: El comportamos como unos extraños se acabó, porque quiero serte útil, quiero que seamos novios. - Dice Ainhoa mientras vuelve a darle otro beso. - Y quiero que me despiertes en mitad de la noche para hacerme el amor.
Ulises: Para eso tendremos que dormir todas las noches juntos.
Ainhoa: Esta noche empezamos de cero ¿vale? - Dice Ainhoa mientras vuelve a darle otro beso a Ulises.
Ainhoa: El comportamos como unos extraños se acabó, porque quiero serte útil, quiero que seamos novios. - Dice Ainhoa mientras vuelve a darle otro beso. - Y quiero que me despiertes en mitad de la noche para hacerme el amor.
Ulises: Para eso tendremos que dormir todas las noches juntos.
Ainhoa: Esta noche empezamos de cero ¿vale? - Dice Ainhoa mientras vuelve a darle otro beso a Ulises.
Cuarto.
Ainhoa y Ulises están andando por los pasillos.
Ainhoa: Ulises, la caja que busca mi padre es la que llevabas tu anoche por el pasillo ¿verdad? Tienes que decirlo ahora mismo.
Ulises: No, no voy a hacerlo.
Ainhoa: ¿Y por qué no?
Ulises: Tengo mis motivos.
Ainhoa: Ah, pues gracias a tus motivos están linchando a un inocente, están yendo a por Gamboa así que si no lo dices tú lo diré yo.
Ulises: Las cistas empienzan en 10 minutos, así que si quieren te están esperando con mi reloj, ve y alomejor te lo cuento.
Ainhoa: Ulises, la caja que busca mi padre es la que llevabas tu anoche por el pasillo ¿verdad? Tienes que decirlo ahora mismo.
Ulises: No, no voy a hacerlo.
Ainhoa: ¿Y por qué no?
Ulises: Tengo mis motivos.
Ainhoa: Ah, pues gracias a tus motivos están linchando a un inocente, están yendo a por Gamboa así que si no lo dices tú lo diré yo.
Ulises: Las cistas empienzan en 10 minutos, así que si quieren te están esperando con mi reloj, ve y alomejor te lo cuento.
Rompe.
Ainhoa y Ulises están tirados en una red llorando los dos.
Ulises: ¿Qué estás diciendo?
Ainhoa: Que no estoy bien.
Ulises: ¿No me has perdonado? Dices que me has perdonado pero no es así.
Ainhoa: Es que no puedo, creía que juntos podíamos ser felices pero no ha sido así. Mira lo que te he llevado a hacer, todo esto es culpa mía y nos estamos haciendo daño, las cosas tenían que ser fáciles pero no lo han sido. No podemos estar juntos, Ulises. No podemos vivir así.
Ulises: ¿Qué estás diciendo?
Ainhoa: Que no estoy bien.
Ulises: ¿No me has perdonado? Dices que me has perdonado pero no es así.
Ainhoa: Es que no puedo, creía que juntos podíamos ser felices pero no ha sido así. Mira lo que te he llevado a hacer, todo esto es culpa mía y nos estamos haciendo daño, las cosas tenían que ser fáciles pero no lo han sido. No podemos estar juntos, Ulises. No podemos vivir así.
Tiene una cita.
Ulises está fumando y Ainhoa va hacia él.
Ulises: Oye, perdona pero, que tengo una cita.
Ainhoa: Ah no, es que yo también he quedado con alguien.
Ulises: ¿Ah, sí? La mía tenía que venir con una flor en el pelo. - Ainhoa se coloca una flor de papel blanca que tiene en la mano y se la sobrepone en el pelo. - ¿Eres tú mi cita? Encantado, Ulises. - Dice Ulises dándole la mano a Ainhoa.
Ainhoa: Un placer. - Los dos se dan dos besos y se quedan muy pegados, pero Ainhoa se separa un poco. - No he podido hablar con Gamboa, ¿pero sabes qué? Que me da igual. - Ulises le da un gran abrazo. - Bueno, ¿y qué hacemos? ¿Dónde me vas a llevar?
Ulises: ¿Nos damos un chapuzón?
Ainhoa: ¿Qué dices?
Ulises: Mira allí. - Dice Ulises mientras se coloca detrás de Ainhoa y la coge en brazos.
Ainhoa: No me pienso bañar.
Ulises: Sé un sitio donde ver una peli y creo que estar mucho mejor que la televisión.
Ainhoa: Pues se ha hecho muy tarde, alomejor ya está empezada.
Ulises: No te preocupes, sesión continua.
Ulises pega un salto y los dos caen sobre una red, que parece prácticamente una hamaca.
Un rato después, los dos están mirando las estrellas.
Ulises: Te lo dije, mi película es mucho mejor que la que están poniendo en la tele.
Ainhoa: Puede que el accidente haya fulminado medio mundo pero algunas cosas bonitas todavía no han desaparecido. Como por ejemplo.. Jajaja.
Ulises: ¿Cómo por ejemplo qué?
Ainhoa: Como por ejemplo los besos. - Dice Ainhoa levantándose de la red. Ulises decide seguirla sonriente.
Ulises: Pero, ¿dónde vas chivata? ¿Qué vas a hacer?
Ainhoa: Es que los besos son lo mejor del mundo. ¿A ti nunca te ha pasado que te gusta tanto una persona que podrías estar toda la vida sin parar de besarla?
Ulises: Sí.
Ainhoa: ¿Solo besos? ¿Y qué de repente te recorre un escalofrío toda la nuca y no puedes parar de besarla? - Dice Ainhoa mientras cierra los ojos. Ulises se acerca a ella más aún. - Casi hasta que te duelen las mandíbulas. - Ainhoa abre los ojos y se encuentra Ulises a 5 centímetros de ella.
Ulises: Cierra los ojos.
Ainhoa: ¿Y si no me gusta? No se, ¿si me besas y no funciona? ¿Qué hacemos?
Ulises, riéndose, le pone un dedo en los labios y le dice que guarde silencio. Seguidamente se inclina sobre ella y se besan.
Ulises: Oye, perdona pero, que tengo una cita.
Ainhoa: Ah no, es que yo también he quedado con alguien.
Ulises: ¿Ah, sí? La mía tenía que venir con una flor en el pelo. - Ainhoa se coloca una flor de papel blanca que tiene en la mano y se la sobrepone en el pelo. - ¿Eres tú mi cita? Encantado, Ulises. - Dice Ulises dándole la mano a Ainhoa.
Ainhoa: Un placer. - Los dos se dan dos besos y se quedan muy pegados, pero Ainhoa se separa un poco. - No he podido hablar con Gamboa, ¿pero sabes qué? Que me da igual. - Ulises le da un gran abrazo. - Bueno, ¿y qué hacemos? ¿Dónde me vas a llevar?
Ulises: ¿Nos damos un chapuzón?
Ainhoa: ¿Qué dices?
Ulises: Mira allí. - Dice Ulises mientras se coloca detrás de Ainhoa y la coge en brazos.
Ainhoa: No me pienso bañar.
Ulises: Sé un sitio donde ver una peli y creo que estar mucho mejor que la televisión.
Ainhoa: Pues se ha hecho muy tarde, alomejor ya está empezada.
Ulises: No te preocupes, sesión continua.
Ulises pega un salto y los dos caen sobre una red, que parece prácticamente una hamaca.
Un rato después, los dos están mirando las estrellas.
Ulises: Te lo dije, mi película es mucho mejor que la que están poniendo en la tele.
Ainhoa: Puede que el accidente haya fulminado medio mundo pero algunas cosas bonitas todavía no han desaparecido. Como por ejemplo.. Jajaja.
Ulises: ¿Cómo por ejemplo qué?
Ainhoa: Como por ejemplo los besos. - Dice Ainhoa levantándose de la red. Ulises decide seguirla sonriente.
Ulises: Pero, ¿dónde vas chivata? ¿Qué vas a hacer?
Ainhoa: Es que los besos son lo mejor del mundo. ¿A ti nunca te ha pasado que te gusta tanto una persona que podrías estar toda la vida sin parar de besarla?
Ulises: Sí.
Ainhoa: ¿Solo besos? ¿Y qué de repente te recorre un escalofrío toda la nuca y no puedes parar de besarla? - Dice Ainhoa mientras cierra los ojos. Ulises se acerca a ella más aún. - Casi hasta que te duelen las mandíbulas. - Ainhoa abre los ojos y se encuentra Ulises a 5 centímetros de ella.
Ulises: Cierra los ojos.
Ainhoa: ¿Y si no me gusta? No se, ¿si me besas y no funciona? ¿Qué hacemos?
Ulises, riéndose, le pone un dedo en los labios y le dice que guarde silencio. Seguidamente se inclina sobre ella y se besan.
Plantan un huerto.
Ainhoa y Ulises están echando tierra en un recipiente.
Ainhoa: Tengo lechugas, tomates y petunias.
Ulises: ¿Cuál es cuál?
Ainhoa: Pues no tengo ni idea, la verdad. No lo sé, bueno habrá que esperar a que salgan para saberlo ¿no?
Ulises: Por mi está bien, tengo todo el tiempo del mundo para verlo crecer.
Ainhoa: Tengo lechugas, tomates y petunias.
Ulises: ¿Cuál es cuál?
Ainhoa: Pues no tengo ni idea, la verdad. No lo sé, bueno habrá que esperar a que salgan para saberlo ¿no?
Ulises: Por mi está bien, tengo todo el tiempo del mundo para verlo crecer.
Echando la caña 2.
Ainhoa va caminando por los pasillos y cae un cubo lleno de gusanos. De repente, sorprendiéndola, Ulises sale a su encuentro.
Ulises: Muy bien, yo te quito el bikini y tu me tiras la basura, ya estamos en paz, ¿no chivata?
Ainhoa: ¿Chivata?
Ulises: Sí.
Ainhoa: ¿De qué vas? Me arrancas el bikini y encima me tiene que hacer gracia o te tengo que tapar ¿o como es esto?
Ulises: No, no. Si ya sabemos que tu no eres mucho de tapar. Ahora, que a tu papá no le va a hacer mucha gracia que hagas topples en el barco. - Dice Ulises mientras recoge lo que Ainhoa había tirado. Esta, riéndose, le da una patada con el pie al cubo y lo vuelve a tirar.
Ainhoa: Me parece que tu papá tampoco le va a hacer nada de gracia que dejes toda la basura desperdigada por el pasillo.
Ulises: Tienes toda la razón. - Dice Ulises cogiendo el cubo y volviendo a recoger todo. - Porque la puedo dejar en tu cabeza. - Dice Ulises tirándole todos los gusanos mojados por la cabeza a Ainhoa. - Oye, si ves que no se te va el olor, se lo dices a tu mamá y de paso que te de los azotes que no te dió de pequeña ¿eh?
Ainhoa: ¿Dónde vas? - Dice Ainhoa mientras ve que Ulises se mete en los congeladores del barco. Esta la sigue y cierra la puerta. Lo coge del brazo y lo pone mirando para ella. - A mi madre ni la nombres, ¿me oyes? A mi me dices lo que tu quieras pero a mi madre ni palabra. - Seguidamente Ainhoa se va hacia la puerta, pero no puede abrirla.
Ulises: Chivata, la hemos cagado.
Ainhoa empieza a gritar pidiendo socorro y Ulises va viendo lo que hay en el congelador del barco. Los dos empiezan a tiritar por el frío que hace y Ainhoa se da por vencida en la tarea de gritar para que los oigan. De repente, se escucha un extraño ruido.
Ainhoa: ¿Has oído eso?
Ulises: Esa es la parte del casco. ¿Quieres un poco de dromón? Está que te cagas. De verdad, chica, alégrate un poco. Llegaremos a Tenerife de un momento a otro, cuando paren las máquinas nos sacarán de aquí ¿vale? De verdad, tranquilízate.
Ainhoa: Estamos a 20 grados bajo cero, con mucha suerte aguantaremos 4 horas.
Ulises: Ya, pero tenemos un poquito de anticongelante. - Dice Ulises cogiendo una botella de alcohol. - El alcohol quita el frío ¿no? Y alegra la vida, que te hace falta, guapa.
Ainhoa: El alcohol es un vaso dilatador, hará que entres más rápidamente en calor y que tus tejidos se contraigan y así poco tu ritmo cardíaco se detendrá.
Ulises: ¿Por qué no dejas de taladrarme con las 1000 formas de acabar muerto en un congelador? Por favor. - Dice Ulises mientras empieza a dar pequeños saltitos.
Ainhoa: Ah, perdón.
Ulises: ¿Tienes frío?
Ainhoa: No.
Ulises: ¿No? Pues tu camiseta no dice lo mismo. - Dice Ulises fijándose que en la fina camiseta de mangas cortas roja de Ainhoa sus pezones ya se notan por el frío. Ainhoa al verlo se tapa con las manos como puede. - Madre mía.
Ainhoa: Eres un imbécil y com sigas saltando lo único que vas a conseguir es perder las calorías más rápidamente. - Automáticamente Ulises deja de saltar.
Ulises: ¿Me vas a dar clases tú de supervivencia? ¿Qué la única ropa que tienes puesta la tienes mojada? - Dice Ulises tocándole una de las mangas de la camiseta. - Quítatela. La ropa la tienes mojada y te vas a congelar. - Dice Ulises quitándose su chaqueta de tirantas y quedándose en camiseta de tirantas. - Y lo sabes. Ponte esto, que no voy a mirar, me doy la vuelta. - Ulises se da la vuelta y Ainhoa enfadada se quita su camiseta y va a coger la chaqueta, pero Ulises se la quita y se da la vuelta.
Ainhoa: ¿Me la das, por favor?
Ulises: Sí, toma.
Pasa el tiempo y los dos están ya tiritando y con los labios totalmente morados.
Ainhoa: ¿Quieres meter las manos debajo de la sudadera y así juntos guardamos el calor?
Ulises: ¿Así, sin más? Sin un cine, sin una cita.
Ainhoa: Eres imbécil. Nos estamos congelando, ¿o te da verguenza?
Ulises: No.
Ainhoa: Pues venga. - Los dos se acercan y Ulises mete una de las manos por debajo de la chaqueta que lleva puesta Ainhoa. Esta empieza a gritar y Ulises comienza a reirse. Seguidamente mete la otra. - Estás temblando.
Ulises: ¿Qué dices? Si yo llevo muy bien el frío. Vamos, que yo he pasado mucho frío ahí fuera ¿sabes? Igual deberías abrazarme tú también, para mantener el máximo calor posible. - Ainhoa sonriendo, le hace caso y mete sus manos por debajo de la camiseta gris de Ulises. Los dos acaban completamente abrazados. Ulises empieza a subir las manos y Ainhoa empieza a reirse. - ¿Qué pasa?
Ainhoa: Que me estás tocando un pecho, Ulises.
Ulises: ¿Qué te voy a estar tocando un pecho, niña?
Ainhoa: Que sí.
Ulises: Que no.
Ainhoa: Que sí hombre, que sí.
Ulises: Que no, lo que estoy intentado es subir la mano a la axila porque allí es donde se guarda mejor el calor, ¿no lo sabías?
Ainhoa: Pues corrige el rumbo 30 grados, marinero, porque me parece que vas en otra dirección.
Ulises: Además, tampoco me gustas. Me pareces demasiado fría.
Ainhoa: ¿Ah, sí? A mi tampoco me gustas tú ¿eh?
Ulises: ¿No?
Ainhoa: No.
Ulises: ¿Y quién te gusta? ¿Alguien del barco? El guapete del albornoz. No puede ser, venga, ¿no me jodas?
Ainhoa: Pero, ¿por qué no?
Ulises: ¿Cómo te puede gustar un tío que espera para ponerte un albornoz?
Ainhoa: Pues a mi me parece muy sexy. Además, es el profesor de supervivencia y estoy segura de que si me hubiera quedado encerrada aquí con él me hubiera sacado hace ya un ratito.
Ulises: Ya se como salir de aquí. Quítate la ropa. - Dice Ulises quitándose la camiseta.
Ainhoa: ¿Qué?
Ulises: Que te quites la ropa.
Ainhoa: Tú estás mal.
Ulises: ¿Quieres que te la quite yo?
Ainhoa: No, no me vas a quitar la ropa.
Un rato después, Ainhoa está en sujetador y bragas y Ulises en calzoncillos, sentados en el suelo quemando la ropa.
Ainhoa: ¿Qué posibilidades hay de que esto salga bien?
Ulises: El barco es de madera, la normativa dice que tiene que haber un detector de humo cada 5 metros y aquí hay uno. La única oportunidad que tenemos es hacer saltar la alarma del puente, porque allí siempre hay gente.
Ainhoa: ¿Si no nos oyes o no funciona?
Ulises: Bueno, pues si no nos oyen cambiaremos el morir de frío por morir porque no hay ventilación. Tengo los dedos congelados, se me resbala. - Dice Ulises intentando encender el mechero y no poder.
Ainhoa: Vale, tranquilo. - Ainhoa lo coge y empieza a soplarlo para darle calor, después coge las manos de Ulises y hace lo mismo. - ¿Mejor?
Ulises: Estoy congelado. - Entonces, Ainhoa, ya sin saber que hacer, empieza a chuparle los dedos. Ulises se suelta de Ainhoa y consigue encender el mechero, quemando la ropa.
Ainhoa: Creía que era imposible hacer fuego en un congelador.
Ulises: A veces las cosas imposibles suceden. Si sale mal, por lo menos habremos pasado una buena tarde ¿no?
Ainhoa: Sí. Pero tengo mucho frío. - Ulises se acerca a ella y la abraza.
Tiempo después, llenos de humo y tosiendo consiguen salir del congelador, ya que Ricardo, el padre de Ainhoa ha ido a rescatarlos.
Ricardo: Cariño, ¿estás bien? Estas helada.
Ainhoa: Ha sido culpa mía, entramos y se me olvido poner el tope de la puerta..
Ulises: Asumo los cargos mayores, capitán. Ha sido mi culpa.
Ricardo: No lo dudo. Cariño, ¿pero qué estamos haciendo aquí, hija? Anda, sube con Salomé, que te prepare una sopa.
Ulises: Muy bien, yo te quito el bikini y tu me tiras la basura, ya estamos en paz, ¿no chivata?
Ainhoa: ¿Chivata?
Ulises: Sí.
Ainhoa: ¿De qué vas? Me arrancas el bikini y encima me tiene que hacer gracia o te tengo que tapar ¿o como es esto?
Ulises: No, no. Si ya sabemos que tu no eres mucho de tapar. Ahora, que a tu papá no le va a hacer mucha gracia que hagas topples en el barco. - Dice Ulises mientras recoge lo que Ainhoa había tirado. Esta, riéndose, le da una patada con el pie al cubo y lo vuelve a tirar.
Ainhoa: Me parece que tu papá tampoco le va a hacer nada de gracia que dejes toda la basura desperdigada por el pasillo.
Ulises: Tienes toda la razón. - Dice Ulises cogiendo el cubo y volviendo a recoger todo. - Porque la puedo dejar en tu cabeza. - Dice Ulises tirándole todos los gusanos mojados por la cabeza a Ainhoa. - Oye, si ves que no se te va el olor, se lo dices a tu mamá y de paso que te de los azotes que no te dió de pequeña ¿eh?
Ainhoa: ¿Dónde vas? - Dice Ainhoa mientras ve que Ulises se mete en los congeladores del barco. Esta la sigue y cierra la puerta. Lo coge del brazo y lo pone mirando para ella. - A mi madre ni la nombres, ¿me oyes? A mi me dices lo que tu quieras pero a mi madre ni palabra. - Seguidamente Ainhoa se va hacia la puerta, pero no puede abrirla.
Ulises: Chivata, la hemos cagado.
Ainhoa empieza a gritar pidiendo socorro y Ulises va viendo lo que hay en el congelador del barco. Los dos empiezan a tiritar por el frío que hace y Ainhoa se da por vencida en la tarea de gritar para que los oigan. De repente, se escucha un extraño ruido.
Ainhoa: ¿Has oído eso?
Ulises: Esa es la parte del casco. ¿Quieres un poco de dromón? Está que te cagas. De verdad, chica, alégrate un poco. Llegaremos a Tenerife de un momento a otro, cuando paren las máquinas nos sacarán de aquí ¿vale? De verdad, tranquilízate.
Ainhoa: Estamos a 20 grados bajo cero, con mucha suerte aguantaremos 4 horas.
Ulises: Ya, pero tenemos un poquito de anticongelante. - Dice Ulises cogiendo una botella de alcohol. - El alcohol quita el frío ¿no? Y alegra la vida, que te hace falta, guapa.
Ainhoa: El alcohol es un vaso dilatador, hará que entres más rápidamente en calor y que tus tejidos se contraigan y así poco tu ritmo cardíaco se detendrá.
Ulises: ¿Por qué no dejas de taladrarme con las 1000 formas de acabar muerto en un congelador? Por favor. - Dice Ulises mientras empieza a dar pequeños saltitos.
Ainhoa: Ah, perdón.
Ulises: ¿Tienes frío?
Ainhoa: No.
Ulises: ¿No? Pues tu camiseta no dice lo mismo. - Dice Ulises fijándose que en la fina camiseta de mangas cortas roja de Ainhoa sus pezones ya se notan por el frío. Ainhoa al verlo se tapa con las manos como puede. - Madre mía.
Ainhoa: Eres un imbécil y com sigas saltando lo único que vas a conseguir es perder las calorías más rápidamente. - Automáticamente Ulises deja de saltar.
Ulises: ¿Me vas a dar clases tú de supervivencia? ¿Qué la única ropa que tienes puesta la tienes mojada? - Dice Ulises tocándole una de las mangas de la camiseta. - Quítatela. La ropa la tienes mojada y te vas a congelar. - Dice Ulises quitándose su chaqueta de tirantas y quedándose en camiseta de tirantas. - Y lo sabes. Ponte esto, que no voy a mirar, me doy la vuelta. - Ulises se da la vuelta y Ainhoa enfadada se quita su camiseta y va a coger la chaqueta, pero Ulises se la quita y se da la vuelta.
Ainhoa: ¿Me la das, por favor?
Ulises: Sí, toma.
Pasa el tiempo y los dos están ya tiritando y con los labios totalmente morados.
Ainhoa: ¿Quieres meter las manos debajo de la sudadera y así juntos guardamos el calor?
Ulises: ¿Así, sin más? Sin un cine, sin una cita.
Ainhoa: Eres imbécil. Nos estamos congelando, ¿o te da verguenza?
Ulises: No.
Ainhoa: Pues venga. - Los dos se acercan y Ulises mete una de las manos por debajo de la chaqueta que lleva puesta Ainhoa. Esta empieza a gritar y Ulises comienza a reirse. Seguidamente mete la otra. - Estás temblando.
Ulises: ¿Qué dices? Si yo llevo muy bien el frío. Vamos, que yo he pasado mucho frío ahí fuera ¿sabes? Igual deberías abrazarme tú también, para mantener el máximo calor posible. - Ainhoa sonriendo, le hace caso y mete sus manos por debajo de la camiseta gris de Ulises. Los dos acaban completamente abrazados. Ulises empieza a subir las manos y Ainhoa empieza a reirse. - ¿Qué pasa?
Ainhoa: Que me estás tocando un pecho, Ulises.
Ulises: ¿Qué te voy a estar tocando un pecho, niña?
Ainhoa: Que sí.
Ulises: Que no.
Ainhoa: Que sí hombre, que sí.
Ulises: Que no, lo que estoy intentado es subir la mano a la axila porque allí es donde se guarda mejor el calor, ¿no lo sabías?
Ainhoa: Pues corrige el rumbo 30 grados, marinero, porque me parece que vas en otra dirección.
Ulises: Además, tampoco me gustas. Me pareces demasiado fría.
Ainhoa: ¿Ah, sí? A mi tampoco me gustas tú ¿eh?
Ulises: ¿No?
Ainhoa: No.
Ulises: ¿Y quién te gusta? ¿Alguien del barco? El guapete del albornoz. No puede ser, venga, ¿no me jodas?
Ainhoa: Pero, ¿por qué no?
Ulises: ¿Cómo te puede gustar un tío que espera para ponerte un albornoz?
Ainhoa: Pues a mi me parece muy sexy. Además, es el profesor de supervivencia y estoy segura de que si me hubiera quedado encerrada aquí con él me hubiera sacado hace ya un ratito.
Ulises: Ya se como salir de aquí. Quítate la ropa. - Dice Ulises quitándose la camiseta.
Ainhoa: ¿Qué?
Ulises: Que te quites la ropa.
Ainhoa: Tú estás mal.
Ulises: ¿Quieres que te la quite yo?
Ainhoa: No, no me vas a quitar la ropa.
Un rato después, Ainhoa está en sujetador y bragas y Ulises en calzoncillos, sentados en el suelo quemando la ropa.
Ainhoa: ¿Qué posibilidades hay de que esto salga bien?
Ulises: El barco es de madera, la normativa dice que tiene que haber un detector de humo cada 5 metros y aquí hay uno. La única oportunidad que tenemos es hacer saltar la alarma del puente, porque allí siempre hay gente.
Ainhoa: ¿Si no nos oyes o no funciona?
Ulises: Bueno, pues si no nos oyen cambiaremos el morir de frío por morir porque no hay ventilación. Tengo los dedos congelados, se me resbala. - Dice Ulises intentando encender el mechero y no poder.
Ainhoa: Vale, tranquilo. - Ainhoa lo coge y empieza a soplarlo para darle calor, después coge las manos de Ulises y hace lo mismo. - ¿Mejor?
Ulises: Estoy congelado. - Entonces, Ainhoa, ya sin saber que hacer, empieza a chuparle los dedos. Ulises se suelta de Ainhoa y consigue encender el mechero, quemando la ropa.
Ainhoa: Creía que era imposible hacer fuego en un congelador.
Ulises: A veces las cosas imposibles suceden. Si sale mal, por lo menos habremos pasado una buena tarde ¿no?
Ainhoa: Sí. Pero tengo mucho frío. - Ulises se acerca a ella y la abraza.
Tiempo después, llenos de humo y tosiendo consiguen salir del congelador, ya que Ricardo, el padre de Ainhoa ha ido a rescatarlos.
Ricardo: Cariño, ¿estás bien? Estas helada.
Ainhoa: Ha sido culpa mía, entramos y se me olvido poner el tope de la puerta..
Ulises: Asumo los cargos mayores, capitán. Ha sido mi culpa.
Ricardo: No lo dudo. Cariño, ¿pero qué estamos haciendo aquí, hija? Anda, sube con Salomé, que te prepare una sopa.
Echando la caña.
Todos los chicos se están tirando desde el barco hacia el agua. Ulises fuma mientras los observa y es el momento de Ainhoa. Estos por un instante se miran, pero Ulises aparta la mirada. En el momento en el que se va a tirar Piti le quita la parte de arriba y se la tira a Ulises mientras esta cae al agua gritando. Seguidamente Piti se tira al agua y Ulises se queda perplejo mirando la parte de arriba del bikini de Ainhoa. Ainhoa la mira enfadada y tapándose como puede sube por las escaleras hasta donde está él. Ainhoa intenta quitárselo pero Ulises empieza a huir de ella riéndose.
Ulises: Oye, para ser la hija del capitán no se te dan muy bien los nudos ¿eh?
Ainhoa: ¿Te digo una cosa que se me da muy bien? Detectar imbéciles a más de dos millas a la redonda. Espera, pi, pi, pi. - Dice Ainhoa hasta que coge a Ulises de la camiseta con una de las manos, este al ver que lo coge se la acerca y sus caras quedan separadas por 5 centímetros, mirándose fijamente a los ojos.
Ulises: Para tener un radar tan amplio, ¿tú no crees que te estás acercando un poquito?
Gamboa: ¿Le devuelves el bikini? - El profesor más joven y guapo de todos sale del agua y se acerca a los chicos, interrumpiéndolos. - ¿O te lo quieres probar?
Ulises: Otro día.
Ulises: Oye, para ser la hija del capitán no se te dan muy bien los nudos ¿eh?
Ainhoa: ¿Te digo una cosa que se me da muy bien? Detectar imbéciles a más de dos millas a la redonda. Espera, pi, pi, pi. - Dice Ainhoa hasta que coge a Ulises de la camiseta con una de las manos, este al ver que lo coge se la acerca y sus caras quedan separadas por 5 centímetros, mirándose fijamente a los ojos.
Ulises: Para tener un radar tan amplio, ¿tú no crees que te estás acercando un poquito?
Gamboa: ¿Le devuelves el bikini? - El profesor más joven y guapo de todos sale del agua y se acerca a los chicos, interrumpiéndolos. - ¿O te lo quieres probar?
Ulises: Otro día.
miércoles, 27 de febrero de 2013
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